viernes, 5 de julio de 2013

VN 49- Sapa

Dia 1: Minorías étnicas
05 de Julio de 2013

Sapa es una localidad ubicada en las montañas a unos 350 kilómetros al noroeste de Hanoi y es conocida principalmente por 3 cosas: su clima templado, las terrazas de arroz en las laderas de los cerros y los pueblos de minorías étnicas que la habitan. Hace unos días contraté un tour por 3 días que comenzó el 04 de Julio en la noche cuando tomé un tren nocturno hacia Lao Cai, la localidad más cercana con estación de trenes. También era posible tomar un bus nocturno, pero debido a la cantidad de curvas en el camino me dijeron que no era muy conveniente, porque el constante movimiento hace casi imposible dormir.

Llegué a Lao Cai a las 7 de la mañana y al salir de la estación vi a la persona encargada del hotel que me estaba esperando a mi y a otros turistas y nis fuimos juntos en un bus desde Lao Cai hacia Sapa que demoró unos 45 minutos. Al llegar al hotel nos dijeron que teníamos poco menos de 2 horas para tomar desayuno y ducharnos, porque a las 10 íbamos a comenzar el trekking por las montañas. A las 10 en punto nos reunimos en el lobby y conocimos a Van, nuestra guía que pertenecía a la tribu de los H'Mong Negros. Se llaman así por vestir todo el tiempo con las ropas oscuras´y cuando usan un gorrito, este es de color negro.

Comenzamos a caminar atravesando el pueblo de Sapa y me fui conversando con nuestra guía. Me contaba que también existe la tribu de los H'Mong Rojos, que usan el gorro rojo y que si bien sus idiomas son distintos igual pueden darse a entender. Van, que hablaba muy bien inglés, lo aprendió escuchando a los turistas, por lo que sólo sabía hablarlo y no escribirlo. Además me decía que hablaba mejor el inglés que el vietnamita así que cuando llegaban turistas vietnamitas ella trataba de evitarlos.

Una vez lejos del pueblo empezamos a bajar por un camino que rodeaba una montaña para dirigirnos a la villa Cat Cat. El camino era todo pavimentado y en un momento atravesamos otra villa donde habían varios niños pidiendo. Me di cuenta que una de las turistas les daba unos dulces y al poco rato después vi que esos dulces los vendían las mismas señoras de la villa. Le compré un paquete con unos 40 dulces por 50.000 dongs ($1,250) y al verme con la bolsa los niños se acercaban corriendo con su manito estirada. Cada vez que veía a uno acercarse le daba feliz su dulce, pero al rato me empece a dar cuenta que los niños no se comían los dulces, sino que los iban guardando y después pedían más. No lo pude comprobar, pero es fácil deducir que después van con sus madres o abuelas que luego envuelven varios dulces no abiertos para posteriormente vendérselos a otro inocente turista...

Justo antes que llegáramos a la villa escuchamos un ruido de agua a lo lejos. Bajamos por unos escalones de piedra por unos 100 metros y al llegar abajo vimos una cascada por donde la gente podía pasar caminando. El agua venía de alguna parte arriba de la montaña y luego de la cascada bajaba por entre la villa.




Antes de bajar por dónde Van había ido, caminé un poco hacia arriba y vi que varios niños se estaban bañando en el río. La temperatura del aire era mucho más baja que en Hanoi, pero después de caminar por más de una hora a mi también me daban ganas de bañarme.





En la villa había un escenario en donde estaban haciendo una presentación con instrumentos musicales, pero como había mucha gente preferí no verla y me quedé afuera observando cómo las insistentes vendedoras acosaban a los turistas vendiéndoles pulseras, collares, anillos, bolsitas, gorros, etc.




En general yo nunca compro artesanías, pero en un momento se me acercó una niña con su hermana en la espalda a ofrecerme sus pulseras. Cuando la vi me acordé de inmediato de la foto que vi el día anterior en el Museo de Mujeres de Hanoi, que se llamaba "hermana mayor". Así que después de negociar un poco el precio le compré una con la condición que me dejara sacarle una foto. Se la compré en 10.000 dongs ($250) sospechando que el descuento del 50% que me había hecho había sido igual bajo...

Nos fuimos de vuelta al hotel para almorzar y para luego tener la tarde libre. En el camino vimos varias plantaciones de arroz, maíz y a un búfalo de agua parado a un costado del camino. Cuando pasé por el lado se me quedó mirando, así que preferí no acercarme. Una vez en el pueblo pasamos por las calles donde las distintas tribus van a vender sus productos. Casi todos venden las mismas cosas que nos ofrecieron en la villa Cat Cat, pero no me acerqué a ver si había alguna gran diferencia en el detalle de los diseños.

Después del almuerzo y una pequeña siesta me arrendé una moto para visitar unas cascadas que me dijeron quedaban un poco lejos, pero que valían la pena conocer. Seguí las instrucciones en un mapa del hotel y después de unos 30 minutos de recorrer un camino que era verde todo el tiempo pude ver a lo lejos una mancha blanca en lo alto de uno de los cerros. Al acercarme vi que en la base vendían la entrada para poder subir unas escaleras que bordeaban parte de la cascada que decían tenía más de 100 metros de altura. La recorrí completa y me gustó muchísimo, porque aparte de ser muy alta el color del agua era súper claro. Al terminar el recorrido fui a ver otra cascada, pero no alcancé a llegar a verla, porque ya se estaba oscureciendo y la temperatura había bajado bastante, así que preferí devolverme al hotel.


Dia 2: "Homestay"
06 de Julio de 2013

En la mañana tuve que hacer el check out en el hotel, ya que el panorama para este día contemplaba pasear por las terrazas de arroz durante el día, para terminar en la tarde en la villa de los Zai y hacer un "homestay", lo que significa dormir en una casa tradicional de esa tribu. Dejamos guardadas las maletas y mochilas en una habitación especial para eso y luego nos juntamos en el lobby del hotel,  donde estaban todas las guías.


Una vez armados los grupos salimos con Van nuevamente como nuestra guía. El camino que tomamos esta vez fue el mismo que es usado para ir a la villa de los H'Mong Negros, por lo que nos acompañaron varios de sus miembros, todas mujeres. Al conversar con algunas me decían que se casaban muy temprano, generalmente antes de los 18 años y que tienen varios hijos. 



El proceso para salir formalmente con alguien se daba en una fiesta de Año Nuevo, donde el hombre era quién debía dirigirle la palabra a la mujer para invitarla a salir. Ella podía negarse, pero no podía nunca invitar al hombre que ella quisiera invitar. Le comenté a Van que en el Museo de Mujeres explicaban algunos de los rituales del matrimonio, así que me contó algunos detalles del suyo, como que su novio se la llevó a escondidas y volvieron a su aldea casados unos días después.

Los caminos del trekking esta vez no eran pavimentados y a veces había que ir con cuidado, porque había barro y rocas en muchas partes. Ahí me percaté que una señora siempre me ofrecía su mano en lugares que se veían más resbaladizos y me esperaba cuando yo paraba a tomar fotos y me di cuenta que a cada turista se le había "asignado" una H'Mong Negro.



Varias de esas fotos que tomé eran de las terrazas de arroz que se veían por todas partes en las laderas de las montañas. Para que el proceso de siembra funcione, las plantas deben estar sumergidas todo el tiempo y la forma de las terrazas están diseñadas desde hace cientos de años para que el nivel del agua se mantenga siempre al mismo nivel. Una obra de ingeniería admirable.



Sobre las cosechas de arroz, Van me contaba que dependiendo de la fertilidad de la tierra en algunas partes de puede cosechar una sola vez en el año. En el caso de Sapa se hace dos veces y en el Delta del Mekong, donde la tierra es más fértil, se puede hacer hasta tres veces.




A medida que empezamos a bajar, nuestras guías nos indicaron un par de edificios que resultaron ser los 2 colegios de la zona. Uno para la educación básica y el otro para la media. Generalmente todos terminaban de estudiar, pero obtener educación superior era muy caro, así que después de graduarse se casaban y comenzaban (o continuaban) a trabajar con sus familias.



Llegamos al lugar donde íbamos a almorzar, que era atendido por un Neo Zelandés. Antes de entrar todas nuestras acompañantes H'Mong sacaron sus bolsas con productos y los comenzaron a ofrecer. Estaban apuradas porque no las dejaban entrar al restaurant. Como la señora que me acompañó estuvo siempre al lado mio, me sentí un poco obligado a comprarle algo, así que le pedí un par de bolsitos. Entramos y mientras esperábamos en las mesas a que nos trajeran los platos, se acercaron varias niñas pequeñas que habían pasado escondidas a ofrecer sus pulseras. Eran muy insistentes y aunque al principio eran graciosas porque no paraban de hablar, después que nos trajeron la comida seguían ahí, así que cada cierto tiempo el dueño se tenía que acercar para echarlas nuevamente del local.

Después del almuerzo caminamos hasta la villa de los H'Mong Negros y fuimos a conocer la casa de la familia de Van. La mayoría de los turistas nos sorprendimos, porque el suelo era de tierra y la construcción era muy simple y varios nos miramos preguntándonos si el lugar donde íbamos a dormir en la noche iba a ser algo parecido...



Luego fuimos a ver una tienda donde trabajaba la mamá de Van. Justo en ese momento estaba tejiendo uno de los trajes azules que siempre deben llevar puestos los H'Mong, aunque haga frío o calor. Nos decía que se demora unos 30 días en hacer uno y que ocupaban el índigo para teñir las telas de azul y que también ocupaban la planta de la marihuana para obtener fibras de hilo.



Cuando seguimos nuestro camino hacia la villa de los Zai, se rearmaron los grupos, porque no todos iban a hacer el homestay, así que Van se fue de vuelta al hotel y el resto quedamos a cargo de una nueva guía. Continuamos nuestro camino y en un lugar me encontré de frente con otro búfalo de agua y al ver que sólo me miraba, me atreví a tocarlo. Ya había visto varios a lo lejos y siempre estaban acompañados por personas, así que están acostumbrados al trato con humanos.


Cuando llegamos a la villa Zai casi todos nos sorprendimos, no por el nivel básico del lugar, sino que por lo contrario: habían varios negocios donde se podía comprar todo lo necesario y cerca de nuestra casa había un café con wifi. Dejamos las cosas y bajamos unos metros, porque nos dijeron que había un río donde se podía nadar. El agua estaba helada, pero era muy refrescante después de un día largo de caminata. En la noche compartimos más entre los compañeros  de viaje (franceses y españoles) y después de la comida la familia nos dio a probar el vino de arroz típico de la zona. Como a las 2 de la mañana terminamos de conversar y nos fuimos a acostar en nuestras camas protegidas con mallas anti mosquitos.


Dia 3: "Camino difícil"
07 de Julio de 2013

Nos despertamos con la lluvia. Eran las 7 de la mañana y salimos a la mesita del frontis de la casa a esperar por el desayuno. Finalmente llegaron panqueques con plátano y miel, más te o café a elección. Cuando nos disponíamos a salir tuvimos suerte porque justo la lluvia paró, así que no tuvimos que usar los impermeables que sólo hacen que caminar sea más caluroso.



Antes de salir la guía nos advirtió que por la lluvia el camino iba a ser difícil de seguir y nos dio la opción de volver al pueblo por el camino fácil (el camino de los autos). Como la idea era pasar por las plantaciones, escogimos el camino difícil. Caminamos primero por la villa de los Zai y salimos por un camino pavimentado. Las vistas de las montañas por la mañana eran espectaculares, con nubes blancas pasando a la misma altura de nosotros, pero a lo lejos. Vimos más búfalos en el camino y en una casa un par de niñas jugando con un escarabajo gigante.

En un momento llegamos a una plataforma de observación y nos detuvimos por unos minutos mientras la guía alimentaba a su bebé, que estuvo trayendo en la espalda todo el día. Le preguntamos si iba a seguir con él por el camino difícil y dijo que todos los días lo hacía. Me decía que las mujeres están acostumbradas a cargar cosas en la espalda: cuando pequeñas cargan a sus hermanos, luego cuando trabajan cargan fardos o canastas con víveres y cuando tienen a sus hijos los cargan a ellos durante todo el día.

Continuamos por el camino, que a esa altura ya era complicado de seguir, con algunos del grupo bastante atrasados. Yo iba en la mitad y en un momento me detuve a sacar fotos, pero cuando traté de continuar me encontré con 2 caminos, uno hacia arriba y otro hacia abajo. Tuve que esperar unos 10 minutos a que llegara el resto del grupo con la guía y tomamos el camino de bajada.



Al llegar abajo después de unos 30 minutos más de caminata cautelosa por lo resbaladizo del camino, nos encontramos con la base de una cascada donde paramos a descansar y a comprar agua. Después de un rato llegó el grupo que iba adelante; habían tomado el camino de subida y habían ido a la parte de arriba de la cascada, así que me lo perdí... Desde la base ya fue fácil continuar y llegamos a un local a almorzar, desde donde nos pasó a buscar un bus que nos llevo de vuelta al hotel.


Una vez allá me duché y fui a preparar mi mochila para el viaje de vuelta. Me pasaron a buscar a las 7 en una minivan para ir hacia la estación de trenes de Lao Cai para tomar el tren nocturno hacia Hanoi y así terminar mi visita por Sapa.





Dejo un video con unas imágenes entretenidas de cascadas, escarabajos gigantes, búfalos de agua y las insistentes vendedoras de la tribu H'Mong Negro:



jueves, 4 de julio de 2013

VN 48- Museo de Mujeres

Uno de los lugares recomendados a visitar en Hanoi es el Museo de Mujeres. Así que pedí un mapa en el hostal y como vi que no estaba tan lejos me fui caminando para visitarlo. La entrada me costó 20.000 dongs ($500) y da derecho a recorrer el edificio de 5 pisos. La primera parte muestra la historia de varias mujeres combatientes que destacaron en las distintas guerras en que ha participado Vietnam. Una era famosa por haber desarmado y detenido a 5 franceses armados usando sólo su pistola. Otra era una niña que a los 14 años había sido apresada de por vida por su participación en propagandas en contra del gobierno.

Otra sección del museo enseñaba sobre las costumbres del matrimonio de varias de las etnias de Vietnam. La mayoría involucraba fiestas de varios días de duración y otra característica común era que los novios vivían los primeros años en la casa de los padres del novio y cuando tenían su primer hijo se iban a vivir a la casa de los padres de la novia. Dentro de las fotos que vi, me gustó una que se llamaba "hermana mayor", donde aparecía una niña con su hermanito en la espalda.


En otra sección habían fotos de las vendedoras ambulantes que se pueden ver todos los días por las calles de Hanoi. Me senté a ver un documental de unos 15 minutos que me emocionó mucho. Hablaba sobre la vida de estas sacrificadas mujeres que vienen de pueblos pequeños a trabajar a la capital. Muchas dejan a sus hijos con sus maridos que se dedican a trabajar la tierra o a la cría de animales, con lo que no ganan más de 60 dólares al año...  Como ellas no tienen hogar en la ciudad, arriendan piezas que comparten con otras vendedoras que tienen una vida similar. Una de las entrevistadas se dedicaba a vender fruta y verduras; para eso se levantaba todos los días a las 4 de la mañana para ir a comprar sus productos al mercado y el resto del día se lo pasaba caminando por las calles tratando de vender todo antes de las 7 de la tarde, cuando se iba de vuelta a su pieza a descansar. Generalmente viajaba un día a la semana a ver a su familia, pero cuando no podía reunir el dinero necesario debía quedarse en Hanoi.

Otra sección del museo se dedicaba a la moda, donde se exhibían trajes ocupados por mujeres en distintas décadas. Habían muchos modelos del Ao Dai (se pronuncia Ao Zai), que es un tipo de traje nacional de las mujeres en Vietnam y consiste en un pantalón suelto en las piernas y en la parte superior en una especie de vestido abierto a los lados. Según la época el largo de la parte del vestido ha variado; en la actualidad esa parte llega hasta el suelo.


La parte final del museo mostraba fiestas religiosas donde las mujeres vestían trajes especiales y según el color representaban algo distinto, pero no entendí muy bien de qué se trataba, porque habían testimonios de personas que decían que gracias a esas "deidades" eran más felices en la vida... Terminado mi recorrido me devolví al centro donde pasé por una "casa antigua". Según me explicaron, estas casas eran usadas en el primer piso para vender productos mientras que en el segundo estaban las habitaciones de los dueños. Una característica a destacar es que las formas de estas casas eran muy angostas, pero largas hacia el fondo, debido a que los impuestos que se pagaban eran proporcionales al ancho que ocupaban en la calle.

Mientras iba hacia hostal a dejar algunas cosas vi una vendedora que ofrecía sandalias y cómo las mías ya estaban un poco gastadas decidí comprarle un par. Comenzó ofreciéndomelas por 220.000 dongs ($5.500), bastante caro si lo comparo con un par que vi hace unos días por 30.000 ($750), así que como no tenía ganas de regatear, le dije que no y me fui. A los 2 minutos vi que me había seguido con el carro y le dije que no le pagaba más de 50.000 ($1.250). De mala gana me dijo que aceptaba y le pagué con 100.000. Cuando me dio el vuelto me pasó sólo 20.000 y me empezó a hablar en vietnamita. Ahí no pude evitar acordarme del documental que había visto hace unas horas y le recibí los 20.000. Eso si, no se fue antes que le sacara una foto.

Mi próximo destino fue el Templo de la Literatura. Este lugar es conocido por ser la primera universidad de Vietnam y data de los tiempos de Confucio (1070). Dentro se podían ver varias piedras con los nombres de los estudiantes que debían pasar exámenes muy estrictos y que una vez aprobados, eran reconocidos a nivel nacional. Lamentablemente no pude aprender mas sobre este lugar, ya que no habían muchas transcripciones en inglés.


Me devolví al hostal y caminando nuevamente por el sector de las vendedoras ambulantes se me acercó un par que vendía piñas. Sin darme cuenta me colocaron la barra de utilizan para equilibrar sus productos en el hombro y me pidieron mi cámara. Al momento que me sacaron la foto me di cuenta lo que se venía... la foto a cambio de comprarles algo. Como me gustan las piñas no tuve problema en comprar una bolsita, pero esto refleja lo insistentes  (aunque creativos) que pueden llegar a ser al momento de vender.

miércoles, 3 de julio de 2013

VN 47- Ha Noi

Anoche tomé el bus desde Hue hacia Ha Noi, la capital de Vietnam. Cuando vi que venía el bus, dejé mi mochila abajo e inmediatamente subí para asegurarme de tener un asiento individual. Por suerte no habían muchas personas, así que no tuve problema para encontrar uno. Durante la noche paramos 3 veces para comer o ir al baño y fue bastante difícil dormir con los constantes bocinazos del bus o de los otros autos en la carretera.


Cuando llegamos a la ciudad tuve mucha suerte, porque el bus se estacionó literalmente al frente de mi hostal, así que no tuve que perder tiempo o plata en taxis. Después de dejar las cosas lo primero que hice fue tomar una moto para ir a la embajada de India para averiguar los trámites a seguir para renovar mi visa, porque la que saqué en Chile vence en Agosto y debido a que he retrasado mi plan de viaje, no voy a alcanzar a llegar antes de esa fecha.


Dejo un video de una parte del trayecto por la ciudad, en donde se puede ver el lago Hoan Kiem, o Lago de la Espada Restaurada, que se encuentra en pleno centro.


martes, 2 de julio de 2013

VN 46- Recorriendo en bicicleta

Según la recepcionista del hotel arrendar una bicicleta era una forma segura y económica para ver la ciudad, porque la gente conduce con más cuidado comparado con otras lugares. Le hice caso y con GPS en mano salí a perderme por ahí. Cono en muchas otras urbes vietnamitas los ríos son muy comunes de ver y por lo mismo se pueden encontrar puentes por todas partes. Justo iba pasando por uno cuando vi a alguien literalmente "durmiendo bajo el puente".


En un momento decidí alejarme del centro de la ciudad y al poco rato me encontré con zonas muy rurales, donde habían caminos de tierra, gallinas sueltas, gente colocando redes para pescar en los ríos, niños descalzos y casas con plantaciones en los jardines. Al verme pasar la gente se me quedaba mirando, claramente demostrando que por ahí nunca circulaban los extranjeros y a pesar de ser un lugar un poco alejado nunca sentí miedo de ser asaltado o algo por el estilo.


En la tarde me devolví a la ciudad y pasé por una peluquería, porque no me había cortado el pelo desde que salí de Chile. Mis estilistas hablaban muy poco inglés, pero a base de señas nos pudimos comunicar. Estoy al otro lado del mundo y después de conversar un rato con ellos puedo afirmar que hay un patrón universal en los hombres que ejercen esta profesión...

lunes, 1 de julio de 2013

VN 45- City tour por Hue

Habiendo varias cosas que ver en una ciudad, tomar un city tour es bastante conveniente, especialmente si sólo cuesta 150.000 dongs ($3.750). Me pasaron a buscar al hotel y partimos en un bus hacia nuestro primer destino: la Antigua Ciudadela, cuya importancia reside en el hecho que Hue es una de las antiguas capitales de Vietnam y en la ciudadela amurallada se encuentran las dependencias que usaron varios emperadores de Vietnam. La entrada me costó 104.000 dongs ($2.500), casi el doble de lo que tuvieron que pagar mis compañeros vietnamitas en el tour. Esta práctica de cobrarles más a los extranjeros es muy común y se puede ver en muchas atracciones turísticas.

Una vez dentro nuestro guía nos explicó que debido a los bombardeos de la Guerra sólo íbamos a poder ver enteros unos 10 edificios de los más de 100 que habían originalmente. Actualmente varios están siendo restaurados, pero al recorrer los caminos no pude evitar que el lugar se veía paupérrimo. De entre los edificios en pie, visitamos los aposentos de la madre del emperador de turno, así como su sala de té, donde se reunía con sus invitados junto a una pequeña lagunilla.


Salimos de la ciudadela y fuimos en el bus hacia un puerto, ya que la segunda parte del tour iba a ser en bote. Recorrimos el río y llegamos a un lugar donde había una pagoda y un templo. Nos quedamos ahí unos 40 minutos y al volver al bote nos dijeron que a continuación íbamos a visitar 3 tumbas de emperadores, pero que cada una debía pagarse por separado, así que podíamos elegir a cuál ir. Conversando con los vietnamitas que estaban en el tour, decidí visitar sólo una, porque me dijeron que era la más impresionante. Cuando todos dijimos nuestras opciones, hubo una tumba a la que nadie iba a ir, por lo que finalmente visitaríamos solo 2. 

Llegamos a la primera y mientras esperaba afuera me senté en un puesto con gallinas dando vuelta cerca mio y compré unas piñas. Hacía mucho calor y de pronto sentí un aire fresco; era la señora que me había vendido las piña que estaba sentada al lado mio con un abanico tirándome aire. Más divertido aún fue cuando al rato se unió su hija de unos 5 años a quien al final le presté mi celular en agradecimiento para que jugara a los Angry Birds...


Terminado el descanso fuimos en una minivan a la Tumba Imperial de Khai Dinh, quien gobernó Vietnam por 9 años desde 1916 hasta su muerte en 1925. Como la mayoría de los emperadores, Khai Dinh ordenó el levantamiento de su tumba en vida, pero no alcanzó a verla terminada, porque la construcción demoró 11 años. Se encuentra en la cima de un pequeño cerro y es la más turística de todas por destacar en su arquitectura y envergadura. 


Al ir subiendo las escaleras nos encontrábamos con varias estatuas de "mandarines", (oficiales del Imperio) además de algunas figuras de dragones. En la parte de arriba había una estatua de tamaño real del emperador junto con fotos de su familia y propias en distintos actos oficiales. Al terminar la visita nos fuimos a una fábrica de sombreros cónicos donde nos mostraron cómo usan un molde de metal para poder entretejer las cintas de madera. Hace rato que me preguntaba cómo los hacían.

Dejo un video de la graciosa encargada del abanico:


domingo, 30 de junio de 2013

VN 44- Cuevas Phong Nha

A unos 100 kilómetros al norte de Hue se encuentra el Parque Nacional Ke Bang, en donde se pueden encontrar las cuevas de Phong Nha. Ayer contraté un tour para visitarlas, así que hoy me pasaron a buscar a las 6:30 de la mañana para comenzar el viaje. En el camino hicimos una parada para visitar una iglesia donde se encuentra un santuario a la Virgen. Según cuenta la historia, durante una persecución a los cristianos en 1800 muchos se refugiaron en la jungla sin tener otro lugar donde ir. 

Asediados por las enfermedades y sintiéndose cercanos a la muerte comenzaron a rezar; en ese momento se les apareció la Virgen y les aconsejó que usaran hojas de helecho para condimentar las comidas, que resultó tener propiedades antibióticas, por lo que finalmente los ayudó a sobrevivir. Años después se construyó el Santuario de la Virgen de La Vang y actualmente miles de fieles vienen cada año a visitarlo. Lamentablemente el sector fue bombardeado durante la guerra y sólo queda la torre del reloj de la iglesia principal.

Mientras continuamos nuestro camino a las cuevas pasamos por el paralelo 17, por donde pasa el río Ben Hai, que por mucho tiempo indicó el punto de división entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. El lugar es conocido como DMZ - Demilitarized Zone - (Zona Desmilitarizada) y a la distancia destaca el Monumento de la Reunificación. Antes de llegar al parque el guía mencionó varias veces que de todos los miembros del grupo, el único que iba a las cuevas Phong Nha iba a ser yo y que los demás iban a ir a otra llamada Paradise que quedaban unos 20 kilómetros más lejos. 

Fue tanto lo que insistió en que dichas cuevas eran mejores que la que yo quería visitar, que despertó mis sospechas, así que como resultado sólo logró que me dieran más ganas de mantener mi postura. Una vez en el parque vi que había un río que serpenteaba por unas montañas que salían del agua, sin duda una vista preciosa. El tour consistía en recorrer el río en un bote y ahí confirmé mis sospechas, porque el guía tuvo que contratar el bote para mi solo. Quedamos en que me iban a pasar a buscar en unas 2 horas y me dejaron encargado con una nueva guía, esta vez para el río y las cuevas.

Nos subimos al bote y partimos río abajo. Por suerte habían asientos y techo, porque hacía mucho calor y el viaje duró unos 30 minutos antes que llegáramos a la entrada de las cuevas. En ese momento apagaron el motor del bote y uno de los 2 conductores pasó a la proa para maniobrar mejor, ya que el camino se hacía mas estrecho y al mismo tiempo venían botes saliendo de la cueva.



Avanzamos por unos 10 minutos por un área convenientemente iluminada antes que nos bajáramos a una especie de playa. Según la guía habíamos recorrido 1 kilómetro, pero la profundidad total de la cueva por el río era de 6 kilómetros más, aunque ese sector no era accesible por bote. La temperatura era agradable, mucho menor a la que se sentía afuera. 



Subimos unas escaleras y comenzamos a caminar por entre unas formaciones únicas. Toda la cueva estaba iluminada, pero de una forma que hacía que se mantuviera la sensación de estar en un lugar que de por sí debe ser oscuro. Mi guía no hablaba mucho inglés, pero hacía el esfuerzo cuando me indicaba algunas rocas y nombraba la supuesta figura que se formaba; claramente tenía mucha imaginación, porque me mostró tortugas, pájaros, dragones y hasta a Ho Chi Minh, o Bac Ho (Tío Ho) como es conocido cariñosamente el líder vietnamita. Además vi varias veces cómo las estalactitas y estalagmitas habían sido unidas por el paso del tiempo, lo que encontré súper interesante.

Luego de recorrer la cueva y los alrededores por un poco más de una hora nos dirigimos de nuevo al bote. En el camino de vuelta vimos algunos búfalos de agua en las orillas y como hacía mucho calor aproveché de sacarme los zapatos y comprobar que el agua estaba agradablemente fría. Eso si antes me aseguré que no hubieran pirañas o cocodrilos...uno nunca sabe. Al llegar al puerto sólo tuve que esperar 15 minutos antes que llegara la minivan a buscarme. Según mis compañeros, ka famosa cueva Paradise era bonita, pero como no v tanto entusiasmo en sus comentarios pienso que no me perdí de mucho.

De vuelta en Hue salí a recorrer un poco y en la noche fui a un restaurante a comer algo local. Elegí un "hot pot" de pollo, que consistía en una olla con un quemador al cual había que irle echando los vegetales y los fideos para que se cocinaran. Muy bueno.