Dia 1: Minorías étnicas
05 de Julio de 2013
Sapa es una localidad ubicada en las montañas a unos 350 kilómetros al noroeste de Hanoi y es conocida principalmente por 3 cosas: su clima templado, las terrazas de arroz en las laderas de los cerros y los pueblos de minorías étnicas que la habitan. Hace unos días contraté un tour por 3 días que comenzó el 04 de Julio en la noche cuando tomé un tren nocturno hacia Lao Cai, la localidad más cercana con estación de trenes. También era posible tomar un bus nocturno, pero debido a la cantidad de curvas en el camino me dijeron que no era muy conveniente, porque el constante movimiento hace casi imposible dormir.
Llegué a Lao Cai a las 7 de la mañana y al salir de la estación vi a la persona encargada del hotel que me estaba esperando a mi y a otros turistas y nis fuimos juntos en un bus desde Lao Cai hacia Sapa que demoró unos 45 minutos. Al llegar al hotel nos dijeron que teníamos poco menos de 2 horas para tomar desayuno y ducharnos, porque a las 10 íbamos a comenzar el trekking por las montañas. A las 10 en punto nos reunimos en el lobby y conocimos a Van, nuestra guía que pertenecía a la tribu de los H'Mong Negros. Se llaman así por vestir todo el tiempo con las ropas oscuras´y cuando usan un gorrito, este es de color negro.
Comenzamos a caminar atravesando el pueblo de Sapa y me fui conversando con nuestra guía. Me contaba que también existe la tribu de los H'Mong Rojos, que usan el gorro rojo y que si bien sus idiomas son distintos igual pueden darse a entender. Van, que hablaba muy bien inglés, lo aprendió escuchando a los turistas, por lo que sólo sabía hablarlo y no escribirlo. Además me decía que hablaba mejor el inglés que el vietnamita así que cuando llegaban turistas vietnamitas ella trataba de evitarlos.
Una vez lejos del pueblo empezamos a bajar por un camino que rodeaba una montaña para dirigirnos a la villa Cat Cat. El camino era todo pavimentado y en un momento atravesamos otra villa donde habían varios niños pidiendo. Me di cuenta que una de las turistas les daba unos dulces y al poco rato después vi que esos dulces los vendían las mismas señoras de la villa. Le compré un paquete con unos 40 dulces por 50.000 dongs ($1,250) y al verme con la bolsa los niños se acercaban corriendo con su manito estirada. Cada vez que veía a uno acercarse le daba feliz su dulce, pero al rato me empece a dar cuenta que los niños no se comían los dulces, sino que los iban guardando y después pedían más. No lo pude comprobar, pero es fácil deducir que después van con sus madres o abuelas que luego envuelven varios dulces no abiertos para posteriormente vendérselos a otro inocente turista...
Justo antes que llegáramos a la villa escuchamos un ruido de agua a lo lejos. Bajamos por unos escalones de piedra por unos 100 metros y al llegar abajo vimos una cascada por donde la gente podía pasar caminando. El agua venía de alguna parte arriba de la montaña y luego de la cascada bajaba por entre la villa.
Antes de bajar por dónde Van había ido, caminé un poco hacia arriba y vi que varios niños se estaban bañando en el río. La temperatura del aire era mucho más baja que en Hanoi, pero después de caminar por más de una hora a mi también me daban ganas de bañarme.
En la villa había un escenario en donde estaban haciendo una presentación con instrumentos musicales, pero como había mucha gente preferí no verla y me quedé afuera observando cómo las insistentes vendedoras acosaban a los turistas vendiéndoles pulseras, collares, anillos, bolsitas, gorros, etc.
En general yo nunca compro artesanías, pero en un momento se me acercó una niña con su hermana en la espalda a ofrecerme sus pulseras. Cuando la vi me acordé de inmediato de la foto que vi el día anterior en el Museo de Mujeres de Hanoi, que se llamaba "hermana mayor". Así que después de negociar un poco el precio le compré una con la condición que me dejara sacarle una foto. Se la compré en 10.000 dongs ($250) sospechando que el descuento del 50% que me había hecho había sido igual bajo...
Nos fuimos de vuelta al hotel para almorzar y para luego tener la tarde libre. En el camino vimos varias plantaciones de arroz, maíz y a un búfalo de agua parado a un costado del camino. Cuando pasé por el lado se me quedó mirando, así que preferí no acercarme. Una vez en el pueblo pasamos por las calles donde las distintas tribus van a vender sus productos. Casi todos venden las mismas cosas que nos ofrecieron en la villa Cat Cat, pero no me acerqué a ver si había alguna gran diferencia en el detalle de los diseños.
Después del almuerzo y una pequeña siesta me arrendé una moto para visitar unas cascadas que me dijeron quedaban un poco lejos, pero que valían la pena conocer. Seguí las instrucciones en un mapa del hotel y después de unos 30 minutos de recorrer un camino que era verde todo el tiempo pude ver a lo lejos una mancha blanca en lo alto de uno de los cerros. Al acercarme vi que en la base vendían la entrada para poder subir unas escaleras que bordeaban parte de la cascada que decían tenía más de 100 metros de altura. La recorrí completa y me gustó muchísimo, porque aparte de ser muy alta el color del agua era súper claro. Al terminar el recorrido fui a ver otra cascada, pero no alcancé a llegar a verla, porque ya se estaba oscureciendo y la temperatura había bajado bastante, así que preferí devolverme al hotel.
Dia 2: "Homestay"
06 de Julio de 2013
En la mañana tuve que hacer el check out en el hotel, ya que el panorama para este día contemplaba pasear por las terrazas de arroz durante el día, para terminar en la tarde en la villa de los Zai y hacer un "homestay", lo que significa dormir en una casa tradicional de esa tribu. Dejamos guardadas las maletas y mochilas en una habitación especial para eso y luego nos juntamos en el lobby del hotel, donde estaban todas las guías.
Una vez armados los grupos salimos con Van nuevamente como nuestra guía. El camino que tomamos esta vez fue el mismo que es usado para ir a la villa de los H'Mong Negros, por lo que nos acompañaron varios de sus miembros, todas mujeres. Al conversar con algunas me decían que se casaban muy temprano, generalmente antes de los 18 años y que tienen varios hijos.
El proceso para salir formalmente con alguien se daba en una fiesta de Año Nuevo, donde el hombre era quién debía dirigirle la palabra a la mujer para invitarla a salir. Ella podía negarse, pero no podía nunca invitar al hombre que ella quisiera invitar. Le comenté a Van que en el Museo de Mujeres explicaban algunos de los rituales del matrimonio, así que me contó algunos detalles del suyo, como que su novio se la llevó a escondidas y volvieron a su aldea casados unos días después.
Los caminos del trekking esta vez no eran pavimentados y a veces había que ir con cuidado, porque había barro y rocas en muchas partes. Ahí me percaté que una señora siempre me ofrecía su mano en lugares que se veían más resbaladizos y me esperaba cuando yo paraba a tomar fotos y me di cuenta que a cada turista se le había "asignado" una H'Mong Negro.
Varias de esas fotos que tomé eran de las terrazas de arroz que se veían por todas partes en las laderas de las montañas. Para que el proceso de siembra funcione, las plantas deben estar sumergidas todo el tiempo y la forma de las terrazas están diseñadas desde hace cientos de años para que el nivel del agua se mantenga siempre al mismo nivel. Una obra de ingeniería admirable.
Sobre las cosechas de arroz, Van me contaba que dependiendo de la fertilidad de la tierra en algunas partes de puede cosechar una sola vez en el año. En el caso de Sapa se hace dos veces y en el Delta del Mekong, donde la tierra es más fértil, se puede hacer hasta tres veces.
A medida que empezamos a bajar, nuestras guías nos indicaron un par de edificios que resultaron ser los 2 colegios de la zona. Uno para la educación básica y el otro para la media. Generalmente todos terminaban de estudiar, pero obtener educación superior era muy caro, así que después de graduarse se casaban y comenzaban (o continuaban) a trabajar con sus familias.
Llegamos al lugar donde íbamos a almorzar, que era atendido por un Neo Zelandés. Antes de entrar todas nuestras acompañantes H'Mong sacaron sus bolsas con productos y los comenzaron a ofrecer. Estaban apuradas porque no las dejaban entrar al restaurant. Como la señora que me acompañó estuvo siempre al lado mio, me sentí un poco obligado a comprarle algo, así que le pedí un par de bolsitos. Entramos y mientras esperábamos en las mesas a que nos trajeran los platos, se acercaron varias niñas pequeñas que habían pasado escondidas a ofrecer sus pulseras. Eran muy insistentes y aunque al principio eran graciosas porque no paraban de hablar, después que nos trajeron la comida seguían ahí, así que cada cierto tiempo el dueño se tenía que acercar para echarlas nuevamente del local.
Después del almuerzo caminamos hasta la villa de los H'Mong Negros y fuimos a conocer la casa de la familia de Van. La mayoría de los turistas nos sorprendimos, porque el suelo era de tierra y la construcción era muy simple y varios nos miramos preguntándonos si el lugar donde íbamos a dormir en la noche iba a ser algo parecido...
Luego fuimos a ver una tienda donde trabajaba la mamá de Van. Justo en ese momento estaba tejiendo uno de los trajes azules que siempre deben llevar puestos los H'Mong, aunque haga frío o calor. Nos decía que se demora unos 30 días en hacer uno y que ocupaban el índigo para teñir las telas de azul y que también ocupaban la planta de la marihuana para obtener fibras de hilo.
Cuando seguimos nuestro camino hacia la villa de los Zai, se rearmaron los grupos, porque no todos iban a hacer el homestay, así que Van se fue de vuelta al hotel y el resto quedamos a cargo de una nueva guía. Continuamos nuestro camino y en un lugar me encontré de frente con otro búfalo de agua y al ver que sólo me miraba, me atreví a tocarlo. Ya había visto varios a lo lejos y siempre estaban acompañados por personas, así que están acostumbrados al trato con humanos.
Cuando llegamos a la villa Zai casi todos nos sorprendimos, no por el nivel básico del lugar, sino que por lo contrario: habían varios negocios donde se podía comprar todo lo necesario y cerca de nuestra casa había un café con wifi. Dejamos las cosas y bajamos unos metros, porque nos dijeron que había un río donde se podía nadar. El agua estaba helada, pero era muy refrescante después de un día largo de caminata. En la noche compartimos más entre los compañeros de viaje (franceses y españoles) y después de la comida la familia nos dio a probar el vino de arroz típico de la zona. Como a las 2 de la mañana terminamos de conversar y nos fuimos a acostar en nuestras camas protegidas con mallas anti mosquitos.
Dia 3: "Camino difícil"
07 de Julio de 2013
Nos despertamos con la lluvia. Eran las 7 de la mañana y salimos a la mesita del frontis de la casa a esperar por el desayuno. Finalmente llegaron panqueques con plátano y miel, más te o café a elección. Cuando nos disponíamos a salir tuvimos suerte porque justo la lluvia paró, así que no tuvimos que usar los impermeables que sólo hacen que caminar sea más caluroso.
Antes de salir la guía nos advirtió que por la lluvia el camino iba a ser difícil de seguir y nos dio la opción de volver al pueblo por el camino fácil (el camino de los autos). Como la idea era pasar por las plantaciones, escogimos el camino difícil. Caminamos primero por la villa de los Zai y salimos por un camino pavimentado. Las vistas de las montañas por la mañana eran espectaculares, con nubes blancas pasando a la misma altura de nosotros, pero a lo lejos. Vimos más búfalos en el camino y en una casa un par de niñas jugando con un escarabajo gigante.
En un momento llegamos a una plataforma de observación y nos detuvimos por unos minutos mientras la guía alimentaba a su bebé, que estuvo trayendo en la espalda todo el día. Le preguntamos si iba a seguir con él por el camino difícil y dijo que todos los días lo hacía. Me decía que las mujeres están acostumbradas a cargar cosas en la espalda: cuando pequeñas cargan a sus hermanos, luego cuando trabajan cargan fardos o canastas con víveres y cuando tienen a sus hijos los cargan a ellos durante todo el día.
Continuamos por el camino, que a esa altura ya era complicado de seguir, con algunos del grupo bastante atrasados. Yo iba en la mitad y en un momento me detuve a sacar fotos, pero cuando traté de continuar me encontré con 2 caminos, uno hacia arriba y otro hacia abajo. Tuve que esperar unos 10 minutos a que llegara el resto del grupo con la guía y tomamos el camino de bajada.
Al llegar abajo después de unos 30 minutos más de caminata cautelosa por lo resbaladizo del camino, nos encontramos con la base de una cascada donde paramos a descansar y a comprar agua. Después de un rato llegó el grupo que iba adelante; habían tomado el camino de subida y habían ido a la parte de arriba de la cascada, así que me lo perdí... Desde la base ya fue fácil continuar y llegamos a un local a almorzar, desde donde nos pasó a buscar un bus que nos llevo de vuelta al hotel.
Una vez allá me duché y fui a preparar mi mochila para el viaje de vuelta. Me pasaron a buscar a las 7 en una minivan para ir hacia la estación de trenes de Lao Cai para tomar el tren nocturno hacia Hanoi y así terminar mi visita por Sapa.
Dejo un video con unas imágenes entretenidas de cascadas, escarabajos gigantes, búfalos de agua y las insistentes vendedoras de la tribu H'Mong Negro: