viernes, 31 de mayo de 2013

MY 25- Plantaciones de té

Ayer me habían dicho que me presentara en la agencia a las 8:30 para comenzar el tour. Tomando desayuno me atrasé un poco y llegué un par de minutos tarde, pero al preguntarle al encargado si no había problema por eso me respondió con una sonrisa que el comienzo del tour era a las 8:30 "hora malaya", lo que significaba que la salida sería entre 10 a 15 minutos después. Al rato llegó un jeep con 8 personas más y partimos cerro arriba hacia las plantaciones de té. Al llegar nos explicaron que la temperatura del sector es propicia para dichas plantas y que del mismo tipo de planta, según el proceso que se le aplique, se puede obtener té verde, té blanco, té negro o té Oolong.

Nos subimos nuevamente al jeep y nos dirigimos hacia el Mossy Forest. Como el día anterior me habían dicho que iba a ser un bosque, yo había ido preparado con mis zapatos de trekking, pero resultó ser un paseo por unos caminos de madera de unos 25 minutos. Quizás lo más destacable fue que el guía nos mostró algunas plantas: primero la de la canela y después una con la que hacen el repelente natural anti mosquitos. En ambos casos el olor era inmediatamente reconocible.


La tercera parada fue la fábrica de té BOH, una marca de té famosa en Malasia que posee gran parte de las plantaciones de Cameron Highands. Ahí nos mostraron los procesos de producción, donde las hojas de té son seleccionadas, molidas, secadas con aire, dejadas para la fermentación y reseleccionadas. Según el tiempo de secado o de fermentación aplicados, se van obteniendo los distintos tipos de té, siendo el té verde el más rápido de conseguir y el blanco el más lento de los 4 tipos.

Posteriormente pasamos a la sala de ventas, donde se podían comprar todos los tipos de té de la marca BOH. Habían algunos con sabores frutales, pero yo preferí comprar una bolsa del tradicional té negro y otra de té verde. Al salir nos encontramos con otra vista de los cerros que tenían practicamente todo ocupado por las plantas de té. Justo en ese momento vimos un tractor recolectando parte de la producción. El guía nos explicó que antes se recolectaban las hojas a mano, pero ahora se hace con unas máquinas que se colocan sobre las plantas y hacen el trabajo por si solas, así que la labor humana es mover las máquinas de una planta a otra por las laderas de los cerros y luego cargarlas en el tractor.

Fuimos nuevamente al jeep y comenzamos a devolvernos hacia Tanah Rata. En el camino nos detuvimos en una granja de frutillas, donde vendían frutillas y algunos productos derivados, como mermelada, helados o frutillas secas. Luego fuimos a una granja de "rama-rama" o mariposas. Habian muchas volando por todos lados, pero no eran de variados colores. Aunque el lugar tenía afuera un letrero gigante que decía "rama-rama", también pudimos ver serpientes, lagartos, tortugas, ranas, conejos, cisnes, gallos, escarabajos gigantes y varios insectos más, todos vivos. 

En otro sector estaban los insectarios de mariposas, arañas y escarabajos. Los escarabajos más grandes medían más de 15 centímetros y me pregunté cuán cerca habré estado de alguno de ellos sin haberme dado cuenta cuando caminé por la selva .Al volver hacia la salida había un grupo de personas tomando las mariposas con la mano y aunque los letreros decían claramente que estaba prohibido, no pude evitar hacerlo también.


Al salir de la granja el tour había terminado, pero nos dieron la opción de volver al pueblo o dejarnos en el comienzo de una de las varias rutas de trekking que hay en la zona. El día anterior la persona que me vendió el tour me había dicho que de tomar la segunda opción sería sin guía, pero que hasta un niño de 5 años podría seguir los letreros y llegar a la salida, así que le pedí al guía hacer el trekking y me acompañaron una pareja de españoles y otra de estadounidenses. Al comenzar la caminata les comenté lo que me había dicho el encargado el día anterior, pero después de una hora todos lo cuestionamos seriamente. En un lugar el camino se separaba y no había ningún letrero que indicara por donde seguir. Nos dimos cuenta que había una cinta amarilla en un árbol y usando un mapa que tenía la española pudimos encontrar la ruta correcta. En otra bifurcación tampoco había letrero y después de mirar con más atención el español vio que estaba botado al lado del camino. Después de haber caminado unas 4 horas llegamos al patio trasero de una casa y preguntando pudimos llegar de vuelta al pueblo. Claramente un niño de 5 años se hubiera perdido entre los árboles y dudo que un adulto hubiera podido salir después del anochecer.

Como nos llevamos muy bien en el grupo, fuimos a comer juntos a un restaurant indio, donde la comida estaba muy buena, aunque la encontré un poco picante. Los estadounidenses vivieron en India por 6 meses, así que nos contaron sobre la vida en India y las costumbres. Yo no paraba de preguntarles detalles, porque tengo pensado viajar a dicho país en un par de meses más. Después de una agradable cena nos despedimos y me devolví a mi hostal. 


Mañana viajo de vuelta a Kuala Lumpur. Fue refrescante haber venido a las montañas por un par de días y por lo mismo entiendo perfectamente por qué este es uno de los destinos favoritos de los malayos.

jueves, 30 de mayo de 2013

MY 24- Cameron Highlands

En 1885 sir William Cameron tuvo la misión de mapear un area desconocida de Malasia al norte de Kuala Lumpur. Fue ahí cuando descubrió en medio de la selva un sector en las montañas con un clima mas templado que el resto del país. Actualmente dicho sector es conocido como Cameron Highlands, abarca 712 kilometros cuadrados y es famoso por las plantaciones de té sobre las laderas de los cerros.


Esta mañana tomé el bus hacia Cameron Highlands en una oficina de la agencia del bus y como era el único pasajero me puse a conversar con Fariz, el conductor. Cuando llegamos al terminal y se subió el resto de los pasajeros, yo me devolví a mi asiento, pero Fariz me fue a buscar y me dijo que me podía ir en el asiento del acompañante, así que nos fumos conversando todo el camino hacia el sur. Una de las historias más interesantes que me contó, fue que un colega suyo que hace el trayecto desde Kuala Lumpur a Singapur le contó que una vez atraparon a un turista en la frontera con 12 kilos de droga y como las leyes de Singapur son muy estrictas con respecto a ese tema, lo colgaron. Me decía que si tienen dinero, a veces le pueden pagar a la policia y les rebajan la pena a 30 años de cárcel. Cuando empezamos a subir las montañas, empezaron a aparecer las curvas en el camino. Ahí Fariz me contó que hace unos 8 años un bus con 30 pasajeros de Tailandia se había salido del camino y todos habían muerto. Me dijo además que era un bus Nissan y que los frenos de esa marca no eran muy buenos, porque se calentaban más rápido que los otros, pero que igual la culpa fue del conductor por no saber controlar la bajada.

El terminal al que llegamos queda en el sector de Tanah Rata. De ahí me fui caminando al hostal que quedaba a solo un par de cuadras. Después de dejar las cosas y pagar los 12 ringgit ($1.900) por la noche, salí a recorrer un el pueblo. En un momento apareció una neblina intensa que hacía un bonito contraste con el verde de los árboles, pero poco después la neblina trajo la lluvia y por primera vez en meses sentí frío. Mientras esperaba a que la lluvia pasara, reservé un tur en una agencia para visitar mañana las plantaciones de té, además de una visita a la fábrica, a un mariposario y una caminata por la selva.

miércoles, 29 de mayo de 2013

MY 23- Penang Hill

Preguntando ayer en el hostal sobre otros lugares interesantes de George Town, me dijeron que podía vsitar el Penang Hill, un cerro de 730 metros de altura desde el cual se ve casi toda la isla de Penang. Lo entretenido de subirlo es que puede ser a pie o tomando un funicular. Como hacia mucho calor preferí ir por la segunda alternativa, así que tome un bus que recorrió media isla para finalmente llegar al cerro. Ahí pagué los 30 ringgit ($4,800) por el ticket y esperé junto a unas 30 personas más a que llegaran los carros.

El empinado recorrido hacia la cima duró unos 5 minutos. Una vez arriba lo primero que llama la atención obviamente es la vista; se podía ver Butterworth y el puente que une la isla con el continente. Después de sacar algunas fotos recorrí la cima del cerro, que tiene varios restaurantes, una mezquita y un templo indú. No me quedé mucho rato y decidí bajar para devolverme a seguir recorriendo a pie la ciudad. Por suerte a la salida del cerro los buses estaban estacionados con el aire acondicionado prendido mientras esperaban a que se llenara.

Una vez de vuelta fui a ver si alcanzaba a visitar el Fuerte Conrwalls, pero de nuevo llegué tarde y no pude entrar. Me paseé por la plaza frente a la Municipalidad y en la noche fui a un restaurant japonés, aprovechando que los precios estaban baratos. Cuando me devolvía se puso a llover intensamente, tanto que cruzar la calle significaba quedar todo empapado. Todas las veredas tienen techos, así que se podía ver a la gente esperando a que amainara un poco la lluvia para poder cruzar. En un momento se me acercó una señorita con minifalda que estaba en una esquina y me preguntó con voz ronca si "quería un servicio". La miré y vi que era más alta que lo normal y me di cuenta que no era señorita, si no que "señorito". Resultado, quedé todo empapado por cruzar la calle...



martes, 28 de mayo de 2013

MY 22- George Town

Hoy en la mañana con mapa en mano salí a recorrer la ciudad, pero no tuve que caminar mucho para encontrar los lugares interesantes porque mi hostal está justo en medio de una de las zonas antiguas de George Town. Las calles me recordaron mucho algunas ciudades chinas que visité hace 5 años, con sus casas pareadas con persianas de madera y balcones característicos. Habían sectores que se veían muy antiguos, pero a veces al doblar una esquina la arquitectura cambiaba totalmente y uno se podía encontrar ahora con estructuras modernas.

Una de las atracciones de la ciudad es una serie de murales que se encuentran también en el sector antiguo. La gracia es que son unos murales en 3D, ya que incorporan elementos reales adosados a la pared donde se encuentran dibujados. El primero que vi era el de una niña andando en bicicleta con su hermano pequeño atrás. En el dibujo se podía ver solo el mango derecho del manubrio y el resto de la bicicleta pertenecía a una bicicleta real, al que le faltaba el mango derecho. En otro se veían unos niños jugando basquetball, donde la mitad de la pelota y el aro eran reales. Muy original.

Cerca de uno de los murales se encontraban un conjunto de casas de madera construidas sobre el agua a lo largo de unos muelles que se internan en el mar. Este sector es conocido como "clan jetties" y se mantiene igual que hace más de 100 años. Diferentes clanes de familias chinas aún viven en las casas de madera que ahora se han adaptado para recibir a los turistas, vendiendo productos caseros como helados, dulces y mermeladas. Recorrí el sector por unos 30 minutos pasando por entre las casas y viendo el agua a no más de un metro debajo de las tablas. En momentos, cuando no se veían los negocios o las motos, de verdad que daba la sensación de estar en otra época.

Me devolví por la calle que me llevaba al hostal y me encontré con el sector de "little India", algo ya habitual en las ciudades de Malasia. Vi que habían varios restaurantes, pero al final me decidí a probar algo de la calle. Me dieron una masa rellena con papas y una especie de croqueta de verduras, que según el vendedor no era picante, pero claramente tenemos distintas opiniones sobre qué es picante, porque la boca me ardió por 15 minutos. No me quedé mucho tiempo caminando por ahí, porque la mayoría de las tiendas eran de ropa, videos de películas indias, música o de venta de joyas de oro.

Siguiendo con mi recorrido fui hacia el extremo norte de la isla. Pasé por un par de iglesias y una torre con un reloj en medio de una intersección. Después me encontré con unas murallas con cañones, que resultaron ser lo último que queda del Fuerte Cornwallis. Eran las 6 de la tarde y justo lo estaban cerrando, así que no alcancé a visitarlo.



Frente al Fuerte y bordeando el mar construyeron una vereda en la cual se veía mucha gente reunida; muchos niños jugando y algunas personas con cañas de pescar esperando atrapar algo. Recorrí el borde y vi una plaza enorme frente a un edificio que resultó ser la municipalidad. En la plaza habían más niños junto con sus padres y me dio gusto ver que acá se preocupan bastante de mantener buenos espacios públicos, porque cerca de la plaza habían canchas de basquetball, juegos para niños y máquinas de ejercicio.

Después de pasear un poco más por las calles aledañas me devolví al hostal. Lo bueno de la ciudad es que no es muy grande, así que se puede ir caminando a muchos de los lugares importantes.




lunes, 27 de mayo de 2013

MY 21- Bus hacia Penang

Anoche en el hostal tenían varios folletos de actividades para realizar cerca de Kota Bharu, pero la mayoría eran relacionadas con viajes a islas o playas. Después de haber estado 2 meses en Phuket tuve suficiente playa, así que decidí tomar un bus hacia la isla de Penang, donde se encuentra la ciudad de George Town, nombrada Patrimonio de la Humanidad en 2008 por la Unesco. Para ello, tuve que cruzar Malasia literalmente de un extremo a otro en un bus que demoró 9 horas de viaje de este a oeste y que nuevamente, no tenía baño.

Así que cada unas 3 horas de viaje nos deteníamos en alguna parada donde también podíamos aprovechar de comer algo. En una de las paradas conocí a un iraní que estaba estudiando en Penang y según lo que me dijo con unos 2 días que me quede puedo ver casi todo. La última ciudad del continente por la que pasamos fue Butterworth; luego atravesamos un puente por unos 10 minutos y llegamos a un terminal de buses. Ahí tuve que tomar un bus local por 2 ringgit ($320) que me dejó a 3 cuadras de mi hostal. Aunque tenía todo visto en mi GPS, el conductor del bus fue muy amable y me indicó hacia donde debía caminar, demostrando otra vez la buena voluntad de los malayos.

domingo, 26 de mayo de 2013

MY 20- Jungle Train

Existen 2 líneas férreas que recorren Malasia de sur a norte. Ambas comienzan en Johor Bahru, en la frontera con Singapur, pero en el camino se separan siendo Gemas el punto de división. Hacia el oeste la línea sube pasando por Kuala Lumpur y llega a Padang Besar, en la frontera con Tailandia. Hacia el este, la linea termina en Tumpat y luego también continúa hacia Tailandia. El tren que pasa por esta última línea es conocido como el "jungle train", ya que gran parte del trayecto se hace atravesando la selva, y hoy abordé dicho tren.

Ayer en mi día de espera en Gemas fui a la estación de trenes para comprar mi boleto para hoy. El tren salía a las 9:30 con destino Pasir Mas. Desde ahí tendría que tomar un taxi hacia Kota Bharu, donde pensaba pasar la noche. Llegué a la estación y al consultar me dijeron que no quedaban boletos, pero me dieron la opción de venir hoy a las 8:30 am a preguntar de nuevo, porque a veces cuando hay mucha demanda agregan un carro. Puntual me presenté esta mañana y por suerte habían más personas esperando, así que por 34 ringgit ($5.500) compré mi pasaje en el famoso tren.

Como sólo faltaba una hora para la salida, fui rápido a tomar desayuno y a buscar mi mochila al hotel. Regresé a tiempo, pero el tren llegó tarde al andén, así que finalmente lo abordamos a las 10:15. Una vez dentro dejé la mochila en un espacio designado al frente del vagón y fui a mi asiento, el cual era cómodo y reclinable, y mientras esperaba a que partiéramos pasó un vendedor con un carrito ofreciendo comida y bebidas. A los 20 minutos de haber partido hicimos nuestra primera parada para que subiera más gente. No pude evitar sonreír cuando vi que el pueblo era Bahau, el mismo al que llegué cuando me quedé dormido en el bus y de haber sabido que el tren pasaba por acá, no hubiera tenido que venir a Gemas...

Durante las primeras 3 horas de viaje el paisaje no era tan selvático; sí habían muchos árboles por todos lados, pero no más que lo que ya estoy acostumbrado a ver. Pero una vez que pasamos Gua Musang, más o menos en la mitad del camino, la cosa empezó a cambiar: los árboles empezaron a pasar cada vez más cerca del tren, a veces incluso tocándolo. La mayoría del tiempo el camino estaba por sobre el nivel de las raíces de los árboles, pero cuando íbamos al mismo nivel, no se podía ver a más de dos metros por las ventanas. También pasamos por varios puentes sobre ríos y por un par de túneles. Nos detuvimos cada cierto tiempo para dejar y recoger gente y un par de veces para dejar pasar al tren que venía en sentido contrario, porque hay sólo una línea y se comparte. En un momento me dio hambre y cuando pasó el carrito le compré un "nasi ayam" (arroz con pollo), que como siempre, estaba picante.

El trayecto duró 9 horas y cuando finalmente llegamos a Pasir Mas ya estaba oscuro. Ahí tomé un taxi por 30 ringgit ($4.800) hacia Kota Bharu y como no tenía nada reservado le dije al taxista que me dejara en algún hostal cerca del terminal de buses, porque mañana tengo pensado seguir viajando.

Dejo un video de parte del recorrido en el "jungle train":


sábado, 25 de mayo de 2013

MY 19- Hotelucho en medio de la nada

El plan era el siguiente: salir de Singapur en bus, cruzar la frontera en Johor Bahru y llegar a un pueblo en medio de la nada llamado Gemas ("guemás") para al otro día tomar un tren hacia el norte de Malasia que cruza la selva y es conocido como el "jungle train". Todo partió bien: tomé un bus temprano ayer en la mañana desde Singapur y llegué a Johor Bahru para presentar mi pasaporte. Luego tomé otro bus que me dejó en un terminal malayo y entre gritos de "KL!, KL!, Kuala Lumpur, sir!" compré el pasaje hacia Gemas.

El bus sin baño igual era cómodo. Me fui en la última corrida de asientos sin nadie a mi lado, lo que siempre es bueno considerando que el ancho de los asientos en Asia es mas angosto que el de los asientos de los buses en Chile y además no tienen separador. Se suponía que íbamos a llegar a las 10 pm después de 7 horas de viaje; con mi computador, celular y Nook cargados iba a ser un trayecto apacible y rápido, hasta que vino el imponderable: nos quedamos en panne. 3 horas parados esperando a que llegara otro bus. Por suerte habíamos parado hace poco a comer (y al baño) aunque yo llevaba mis galletas. Cuando por fin llegó el bus de reemplazo eran las 11 pm y yo tenía mucho sueño, así que no pude aguantar y me quedé dormido.

Cuando desperté estábamos justo llegando al terminal. Sólo habían unas 5 personas más conmigo. Al ver que todos se bajaban, hice lo mismo y le pregunté al conductor si ya estábamos en Gemas. Me contestó en malayo y con una sonrisa en los labios sin decir ni una palabra en inglés, pero sí le entendí "Gemas" varias veces e indicaba hacia atrás del bus. Todavía medio dormido no entendía por qué no seguíamos nuestro camino, hasta que me di cuenta que ya habíamos pasado Gemas y estábamos en el final del recorrido, en un pueblo quizás más chico llamado Bahau. Eran las 2:30 de la mañana y no sabía donde iba a dormir. El conductor me siguió hablando en malayo y le entendí "hotel" y me apuntó hacia una esquina. 

Tomé mis cosas y caminé hacia allá y efectivamente había un hotel. El precio por la habitación eran 50 ringgit ($8.000) y acostumbrado a pagar 20 me fui a buscar otro. Después de comprar agua y por fin despertar del todo, me di cuenta que tenía que volver y tomar la habitación de inmediato, porque ya eran casi las 3 de la mañana. Volví y el encargado me dijo que había llegado alguien y ya no quedaban habitaciones, así que con la cola entre las piernas tuve que salir en medio de la noche, con la mochila de 20 kilos y en un lugar desconocido, a caminar a buscar algo. Por suerte a los 20 minutos y cerca del terminal encontré un motel, donde me cobraron 42 ringgit ($6.800).

Hoy en la mañana fui nuevamente a la estación y compré un pasaje de vuelta hacia mi destino original, Gemas. Como el tren salía a las 9:30, llegué a las 7:30 para ver si podía alcanzar a tomarlo, pero el primer pasaje que salía de Bahau era a las 10, así que me tuve que quedar una noche en Gemas. Tiempo y plata perdidos por el bus que se quedó en panne (y porque me quedé dormido). Los imponderables.

jueves, 23 de mayo de 2013

SG 18- Jardín Botánico

Aprovechando mi segundo día del pase, hoy decidí tomar el bus que hace otro recorrido. Esta vez no pasaba por el Chinatown, así que tuve que ir a tomarlo a Clarke Quay. De día el sector se veía tan entretenido como de noche, con la fila interminable de cafés y restaurants, además de algunas tiendas y el pasar de los botes que navegaban por el río.



Cuando llegó el bus vi el mapa que me entregaron el día anterior y según la lista de atracciones de la ciudad, una que debía conocerse era el Jardín Botánico de Singapur. Mientras llegábamos, la grabación nos contaba que dicho jardín tiene más de 150 años de antigüedad y junto con el de Río de Janeiro, es el único que tiene una selva tropical en su interior.



Al llegar me entregaron un mapa y me sorprendí cuando me dijeron que la entrada era gratuita, excepto por un sector con Orquídeas que tiene más de 1000 especies distintas. Comencé mi recorrido yendo hacia "el lago de los cisnes" y en el camino vi a varios trabajadores preocupándose que todo estuviera ordenado, ya sea cortando malezas, limpiando estatuas, barriendo hojas o regando. El resultado era un parque impecable en el que daba gusto caminar.


No siendo un fanático de las plantas debo reconocer que me entretuve bastante, sobre todo con un sector que sólo tenía arbolitos "bonsai". Recuerdo haber visto en vivo unos pocos antes, pero los que estaban acá me gustaron más, porque realmente tenían forma de árboles grandes. Mi favorito fue uno que tenía la forma de ese típico árbol solitario que aparece en las imágenes de los horizontes de África.



Otro sector que disfruté fue el de la selva tropical. Era interesante cómo al internarse se opacaban los ruidos externos y destacaban los de los pájaros, aunque no pude ver a ninguno. Al caminar de vuelta a la entrada me encontré con un par de lagartos de un poco más de un metro de largo que iban atravesando el camino. Uno era muy tímido y trataba de esconderse entre los árboles, mientras que el otro se quedó casi como posando para las fotos.


A las 3 horas y faltándome toda la otra mitad del parque, decidí tomar nuevamente el bus para aprovechar los viajes. Mientras nos alejábamos del Jardín vimos varios hospitales y la grabación nos contaba que Singapur recibe un gran número de "turistas de la salud" de los países vecinos ya sea para realizarse cirugías estéticas o procedimientos más delicados, ya que el país es conocido por tener la tecnología más avanzada en el área médica. Cerca de los hospitales vimos casas que en promedio costaban 5 millones de dólares y al final del sector me bajé en la avenida Orchard, una homóloga a la 5ta Avenida de New York.

Después de pasear por algunas tiendas tomé nuevamente el bus y fuimos hacia la rueda gigante que queda cerca de la bahía. No me animé a subir y seguí el recorrido hasta que llegamos a la Esplanade, frente al distrito financiero y donde están los teatros. Al caminar por ahí me pasaron un folleto en el cual se publicitaban shows que se llevaban a cabo casi todos los días. Había uno que empezaba en 20 minutos y consistía en una pequeña orquesta clásica que reproducía canciones de películas de terror. Fui a verlo y me gustó harto, destacando las canciones de "Drácula" y "Alien". Al final mostraban cómo se hacían algunos de los efectos sonoros que siempre escuchamos en las películas en esos momentos de suspenso; me sorprendí mucho al ver que se hacían golpeando las cuerdas del piano o las de los violines.

Al terminar salí y me encontré con otro concierto, en un escenario simple pero precioso bordeando la bahía, ésta vez de un grupo de 5 chinos que modificaban canciones conocidas con letras graciosas. Por suerte la mayoría estaba en ingles, así que me divertí bastante. Las pocas canciones en chino también deben haber estado muy buenas, porque sacaban varias carcajadas de la audiencia.



Dejo un video de ambas presentaciones en la Esplanade:


miércoles, 22 de mayo de 2013

SG 17- Recorriendo la ciudad

Hoy compré un pase por 2 días en los clásicos buses "Hop-on hop-off", esos rojos de 2 pisos que se pasean por las ciudades visitando los lugares y barrios importantes. Es una manera cómoda e ilustrativa de conocer una ciudad, ya que a bordo hay grabaciones que cuentan de forma resumida la historia de cada lugar visitado. Además por la compra de 2 días me dieron de regalo un paseo en bote por el río  la bahía. 


Como yo me estoy quedando en el Chinatown, el bus se detenía a solo 2 cuadras de mi hostal, así que no tuve que desplazarme demasiado para tomarlo. El primer lugar en el que me bajé fue la "Arab Street". Lo primero que llamó mi atención fue la cúpula de una gran mezquita, la Mezquita del Sultán, construida en 1824 a pedido del Sultán Hussein, quien fuera responsable de la fundación de Singapur.



Mientras estaba en el sector pasé a un restaurant turco. Habían muchas opciones para elegir, pero finalmente me quedé con esta, porque me ofrecían una pechuga de pollo deshuesada. ¿Que tiene eso de especial? Que el 99% de los platos que he comido en estos últimos 3 meses que tienen pollo vienen o con huesos o con el cuero, así que disfruté bastante sin tener que preocuparme de romperme algún diente por masticar algo duro.


En el recorrido pasamos por "Little India", el distrito financiero y por la bahía. La grabación contaba que el terreno en que están construidos los rascacielos es de los más caros del mundo y que incluso algunos de ellos están sobre terreno ganado al mar.




Una vez que volvimos al Chinatown dejé las cosas y al revisar mi mail vi que las danesas que conocí en Kuala Lumpur por coincidencia estaban en Singapur, así que quedamos de juntarnos en Clarke Quay, un sector de bares y restaurants que bordea el río. Caminé hasta allá y vi que habían muchísimos lugares para comer y divertirse. Después de conversar un rato y viendo que estaba nuevamente cerca de la bahía, fui a utilizar mi ticket en bote. Cuando lo compré me aconsejaron tomarlo de noche y vaya que tenían razón. La luces del sector reflejadas en el agua eran un espectáculo en si mismas.

Luego de unos 20 minutos de paseo me dejaron cerca del casino y como andaba con tiempo pensé en conocerlo. Dos horas después y unos varios cuantos singdollars menos, preferí retirarme y me fui caminando, derrotado, de vuelta al hostal.

martes, 21 de mayo de 2013

SG 16- Universal Studios Singapur

Una de las atracciones más famosas de Singapur es Sentosa, una isla a la que se puede acceder por bus, tren o por teleférico. En Sentosa hay tantas atracciones que la isla es conocida como "el patio de recreo de Asia" ya que es visitada por muchos turistas todos los años (Singapur fue la 4ta ciudad más visitada del mundo en 2012). Dentro de las actividades destacan la playa, un casino, un acuario, un insectario, una torre de observación y Universal Studios Singapur.


Cuando vi que había un Universal Studios acá, no lo pensé dos veces, así que hoy en la mañana tomé el metro y me dirigí hacia el lugar de salida del teleférico. Ahí vendían por S$24 ($9,600) el ticket ida y vuelta hacia Sentosa, más la entrada al parque por S$76 ($30,400). Al llegar a la isla me dijeron que habían buses que la recorrían de forma gratuita y que en uno de ellos podía llegar a mi destino. Mientras esperaba, vi los mapas de los recorridos y me di cuenta que hay varias atracciones más para visitar, así que tendré que hacerme el tiempo en los próximos días.

Al entrar al parque, la música, los personajes y las calles te trasladan a otro mundo. Observé en el mapa que las distintas áreas formaban un circulo, así que comencé por la derecha donde estaba "Hollywood". De ahí puedo destacar un set de películas en dónde se recreaba un tornado que azotaba a New York. Estaba muy bien hecho y en el momento cúlmine las paredes se elevaban hacia el cielo, la tierra temblaba y un barco de tamaño real entraba al set. Después de eso fui a "Sci-fi City" donde me subí al juego de los Transformers. Consistía de un carro para 16 personas que se iba moviendo entre una ciudad devastada y de vez en cuando nos deteníamos frente a una pantalla. El movimiento del carro y los lentes 3D daban la sensación de estar realmente dentro de un robot luchando junto a los "autobots".

Siguiendo en "Sci-fi City" me encontré con 2 montañas rusas de la serie Battlestar Galactica. Una representaba a los humanos y la otra a los "cylons". Antes de ingresar obligaban a dejar todas las pertenencias en unos lockers, que eran gratis por 40 minutos. Para asegurarse que no teníamos nada nos revisaban con detectores de metales en la entrada. Por suerte para mi habían unas lineas express para las personas que iban solas a los juegos y al llegar al final de la linea nos colocaban en los asientos que estuvieran libres. Gracias a esto me subí 6 veces a las montañas de las cuales varias fueron en el primer asiento. Estuvo súper entretenido.

El siguiente sector al que fui era "El Antiguo Egipto". La atracción más importante era "La Venganza de la Momia" basada en la película del mismo nombre. Nuevamente nos subíamos en un carro para 16 personas, pero esta vez íbamos avanzando muy rápido, como en una montaña rusa. La trama consistía en que la momia nos perseguía mientras tratábamos de destruir el "libro de los muertos" y obviamente al final lo lográbamos. También estuvo bueno y me subí unas 4 veces.


El siguiente destino fue "El Mundo Perdido" en el cual la atracción de Jurassic Park era la más entretenida. Era un juego de agua que consistía en una balsa con 8 personas que atravesaba el complejo de la película Jurassic Park. En la mitad del recorrido algo salía mal y la balsa se desviaba del camino original, los dinosaurios ahora estaban sueltos y habían autos abandonados en la orilla del río. Al final nos encontrábamos de frente con el Tiranosaurio Rex y caíamos rápido por una bajada en donde la mitad de la balsa terminó mojada. Yo estaba en la otra mitad...jeje.

Al terminar este juego fui hacia un castillo que se veía a lo lejos; pertenecía a sector "Far Far Away" de la película de Shrek. Hice la fila y mientras esperábamos, en unas jaulas colgadas vimos que tenían atrapados a Los 3 Chanchitos, a Pinocho y en unas pantallas se veía que tenían a la Galleta de Jengibre en un calabozo. Luego apareció el Espejo y nos contó que luego de la película algo malo había pasado y habían raptado a Fiona. A continuación pasamos a una sala de cine y nos dieron lentes 3D, pero la sala resultó ser en 4D, porque cuando empezó la película los asientos se movían, nos salpicaba agua y cuando aparecían arañas algo nos rozaba las piernas. La historia estuvo muy graciosa, pero duró sólo unos 25 minutos.

El último sector del parque era Madagascar. Ahí la mayoría de los juegos eran para niños, así que sólo entre a uno en el cual subíamos un bote y llegábamos a la isla en el momento que los animales de la película naufragaban. De ahí en adelante era un resumen de la historia de la película con figuras animadas de los protagonistas y la clásica música "I like to move it" de fondo. Al salir  me encontré con un show de baile que también incluía a los pingüinos y al rey Julian.


Antes que cerraran el parque a las 19:00 me fui a repetir las montañas rusas, pero las habían suspendido momentáneamente debido a los relámpagos que se veían en el cielo, así que fui a "La Momia" a hacer tiempo y cuando volví pude subirme un par de veces más. A las 7 tomé el bus de vuelta a la estación del teleférico, pero antes de devolverme recorrí un poco la isla de Sentosa. Habían algunos museos que ya estaban cerrados así que lo único que pude ver fue una estatua gigante del Merlion a la que se podía subir y desde la cual se tenía una buena vista de la ciudad.

Tomé de vuelta el teleférico y vi que tenía la posibilidad de pasar la estación inicial y llegar al monte Faber. Llegué a dicho monte y después de recorrer por los alrededores por unos 50 minutos me devolví a la estación, ya que la iban a cerrar luego. Una vez de vuelta en la ciudad fui a visitar la bahía una vez más antes de devolverme al hostal.