A unos 100 kilómetros al norte de Hue se encuentra el Parque Nacional Ke Bang, en donde se pueden encontrar las cuevas de Phong Nha. Ayer contraté un tour para visitarlas, así que hoy me pasaron a buscar a las 6:30 de la mañana para comenzar el viaje. En el camino hicimos una parada para visitar una iglesia donde se encuentra un santuario a la Virgen. Según cuenta la historia, durante una persecución a los cristianos en 1800 muchos se refugiaron en la jungla sin tener otro lugar donde ir.
Asediados por las enfermedades y sintiéndose cercanos a la muerte comenzaron a rezar; en ese momento se les apareció la Virgen y les aconsejó que usaran hojas de helecho para condimentar las comidas, que resultó tener propiedades antibióticas, por lo que finalmente los ayudó a sobrevivir. Años después se construyó el Santuario de la Virgen de La Vang y actualmente miles de fieles vienen cada año a visitarlo. Lamentablemente el sector fue bombardeado durante la guerra y sólo queda la torre del reloj de la iglesia principal.
Mientras continuamos nuestro camino a las cuevas pasamos por el paralelo 17, por donde pasa el río Ben Hai, que por mucho tiempo indicó el punto de división entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. El lugar es conocido como DMZ - Demilitarized Zone - (Zona Desmilitarizada) y a la distancia destaca el Monumento de la Reunificación. Antes de llegar al parque el guía mencionó varias veces que de todos los miembros del grupo, el único que iba a las cuevas Phong Nha iba a ser yo y que los demás iban a ir a otra llamada Paradise que quedaban unos 20 kilómetros más lejos.
Fue tanto lo que insistió en que dichas cuevas eran mejores que la que yo quería visitar, que despertó mis sospechas, así que como resultado sólo logró que me dieran más ganas de mantener mi postura. Una vez en el parque vi que había un río que serpenteaba por unas montañas que salían del agua, sin duda una vista preciosa. El tour consistía en recorrer el río en un bote y ahí confirmé mis sospechas, porque el guía tuvo que contratar el bote para mi solo. Quedamos en que me iban a pasar a buscar en unas 2 horas y me dejaron encargado con una nueva guía, esta vez para el río y las cuevas.
Nos subimos al bote y partimos río abajo. Por suerte habían asientos y techo, porque hacía mucho calor y el viaje duró unos 30 minutos antes que llegáramos a la entrada de las cuevas. En ese momento apagaron el motor del bote y uno de los 2 conductores pasó a la proa para maniobrar mejor, ya que el camino se hacía mas estrecho y al mismo tiempo venían botes saliendo de la cueva.
Avanzamos por unos 10 minutos por un área convenientemente iluminada antes que nos bajáramos a una especie de playa. Según la guía habíamos recorrido 1 kilómetro, pero la profundidad total de la cueva por el río era de 6 kilómetros más, aunque ese sector no era accesible por bote. La temperatura era agradable, mucho menor a la que se sentía afuera.
Subimos unas escaleras y comenzamos a caminar por entre unas formaciones únicas. Toda la cueva estaba iluminada, pero de una forma que hacía que se mantuviera la sensación de estar en un lugar que de por sí debe ser oscuro. Mi guía no hablaba mucho inglés, pero hacía el esfuerzo cuando me indicaba algunas rocas y nombraba la supuesta figura que se formaba; claramente tenía mucha imaginación, porque me mostró tortugas, pájaros, dragones y hasta a Ho Chi Minh, o Bac Ho (Tío Ho) como es conocido cariñosamente el líder vietnamita. Además vi varias veces cómo las estalactitas y estalagmitas habían sido unidas por el paso del tiempo, lo que encontré súper interesante.
Luego de recorrer la cueva y los alrededores por un poco más de una hora nos dirigimos de nuevo al bote. En el camino de vuelta vimos algunos búfalos de agua en las orillas y como hacía mucho calor aproveché de sacarme los zapatos y comprobar que el agua estaba agradablemente fría. Eso si antes me aseguré que no hubieran pirañas o cocodrilos...uno nunca sabe. Al llegar al puerto sólo tuve que esperar 15 minutos antes que llegara la minivan a buscarme. Según mis compañeros, ka famosa cueva Paradise era bonita, pero como no v tanto entusiasmo en sus comentarios pienso que no me perdí de mucho.
De vuelta en Hue salí a recorrer un poco y en la noche fui a un restaurante a comer algo local. Elegí un "hot pot" de pollo, que consistía en una olla con un quemador al cual había que irle echando los vegetales y los fideos para que se cocinaran. Muy bueno.