Hoy viajé hacia Hue, una ciudad ubicada a 100 kilómetros al norte de Da Nang. Este trayecto lo decidí hacer en tren, porque había leído en algunos foros que las vistas hacia la costa eran espectaculares, y tenían razón... El ticket me costó 81.000 dongs ($2.000) por un asiento en un vagón con aire acondicionado y cuando lo compré, pedí que fuera al lado de la ventana. Llegué a la estación a las 12 del día y cuando entré al tren vi que el asiento estaba efectivamente en la ventana, pero en la del lado izquierdo.
A mi me servía la del lado derecho, porque íbamos a viajar de sur a norte. Para empeorar las cosas el asiento estaba ocupado y la niña que estaba sentada me preguntó si me podía sentar en el suyo. Fui a ver la ubicación y aparte de estar en el mismo lado, ¡estaba mirando hacia el sur! Esto debido a que la mitad de los asientos en el vagón miraban hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Así que le dije que no me quería cambiar y en ese momento alguien que estaba escuchando la conversación, me dijo que el que estaba a su lado estaba libre. Como estaba un poco más cerca de la ventana, me fui sentado ahí.
Ya durante el viaje no pasó mucho tiempo para que las líneas férreas se empezaran a acercar a la costa. Al mismo tiempo que viajábamos yo iba mirando mi GPS y era increíble ver el mapa por un lado y al mirar por la ventana, ver exactamente las misma formas de la geografía vietnamita. En un momento me levanté para estirar las piernas y descubrí que había una ventana abierta entre 2 vagones, así que al final me pasé la mayor parte del viaje parado mirando por esa ventana. Lo que más me gustó fue ver los acantilados que nacían en la selva y bajaban hasta llegar al mar, donde el agua tenía un color precioso que nunca había visto antes.