
Ayer contraté un tour de rafting en el río Padas, que queda cerca de la ciudad de Tenom, a 4 horas de Kota Kinabalu. Para llegar debíamos tomar un tren desde que partía desde Beaufort a las 8 de la mañana, por lo que me pasaron a buscar a las 5:30 am para alcanzar a tomarlo. Lamentablemente ayer fui a comer al Burger King y el sandwich me cayó mal y desperté a las 2 am con escalofríos y vómitos, así que no pude descansar mucho después de haber subido el monte. Pero como hoy es mi último día en Kota Kinabalu, igual decidí ir al tour. El guía llegó a la hora acordada y sin haber querido comer nada para el desayuno, nos fuimos en la minivan junto con 4 personas más hacia Beaufort

El tren que íbamos a tomar es en sí una atracción turística, ya que recorre la selva bordeando el río Padas y yo había querido hacer este recorrido por mi cuenta desde antes, así que cuando vi que el viaje contemplaba el trayecto en el tren, pensé que había valido la pena pagar los 180 ringgit ($28.000) que costaba el tour. En Beaufort el guía nos advirtió que mucha gente local abordaba el tren y que a veces llevaban productos de mal olor. Además, por ser muy antiguo, no tenía aire acondicionado y sonaba y se movía mucho. Como yo todavía me sentía mal, la idea del mal olor, el ruido y el movimiento no me parecían para nada atractivas. Por suerte en el mismo tren me encontré con caras conocidas; tres singapurenses que ví en Laban Rata el día anterior, así que nos fumos conversando y con eso me distraje en algo de mi dolor de estómago.

Tal como nos había dicho el guía el tren se movía bastante. Paramos 2 veces en distintas estaciones y cambiamos de tren. En el segundo cambio nos dijeron que dejáramos todas nuestras pertenencias guardadas y que la próxima estación, 10 kilómetros río arriba, iba a ser nuestro punto de partida. Así que continuamos con las sandalias y los trajes de baño puestos.

Una vez allá nos llevaron hacia donde estaban las balsas y nos dieron las instrucciones correspondientes sobre cómo remar y qué hacer en caso de que alguien se cayera al agua, lo cual era muy posible, ya que el río era de categoría 4 (de un total de 5). Cuando preguntaron si alguien tenía experiencia haciendo rafting fui el único que levantó la mano, así que me colocaron en una de las posiciones al frente de la balsa, que es dónde se hace el mayor esfuerzo. En cualquier otra circunstancia yo hubiese aceptado el desafío gustoso, pero por sentirme mal del estómago igual lo acepté, pero compungido...

Como otras agencias parten a la misma hora en total habían 5 balsas en el río. Nos dijeron que íbamos a partir cada 1 minuto para ayudarnos en caso de necesitar asistencia. Nosotros fuimos los primeros en salir y los primeros metros iban a ser sólo de calentamiento, asi que el guía nos daba instrucciones simples para que las ejecutáramos al unísono. Luego de unos 10 minutos comenzamos a acercarnos a los rápidos. Desde el agua se veían mucho más grandes que desde el tren y al ingresar al primero todos gritamos de emoción/miedo, pero pudimos pasarlo sin problemas. Luego vinieron 2 más en los que uno de nosotros casi se cae.

A continuación vino un sector de calma y el guía nos dijo que podíamos saltar al agua para nadar antes de llegar a la próxima sección. Como yo me sentía un poco mejor salté de inmediato y el agua estaba exquisita. Después me siguió un chino, que se alejó un poco de la balsa y en un momento la corriente se lo empezó a llevar. El guía le decía que nadara hacía la otra orilla, porque la corriente era menos fuerte y luego de un par de minutos el cansado chino pudo llegar a balsa. Después de 2 rápidos más nos detuvimos en una orilla y esperamos a que llegaran todas las balsas. Ahí descansamos un rato y yo volví a conversar con los de Singapur.

Uno de ellos era instructor de kayak y me decía que los rápidos de éste río eran más grandes que los de otros ríos que él había navegado. Terminado el descanso seguimos rio abajo y pasamos por 4 rápidos más, incluidos "la lavadora", "Scooby-Doo" y "el cazador de cabezas". Cuando llegamos a la estación donde habíamos dejado las cosas nos estaban esperando con el almuerzo listo. Eran las 12 y y el tren de vuelta partía a las 14, así que tuvimos un buen tiempo para relajarnos. Por suerte la comida no era muy condimentada, así que pude comer arroz con vienesas y un poco de fideos.
La vuelta en tren hacia Beaufort fue más incómoda que la ida, porque eran las 14:00 y hacía mucho calor, pero una vez allá la cosa mejoró, porque la minivan sí tenía aire acondicionado. Llegamos a las 18:00 y en lo único que pienso es que esta noche por fin voy a poder descansar.
Nota: Las fotos de la balsa son de un amigo de Singapur que fue el día anterior al mismo tour. Para mi mala suerte, el día que yo fui el fotógrafo no estaba disponible.