viernes, 17 de mayo de 2013

MY 13- Parque Nacional Bako

Dia 1: Trekking
17 de Mayo de 2013

Con Vanessa salimos temprano a tomar el bus local hacia el Parque Nacional Bako. Pagamos los 3,5 ringgit ($550) del pasaje y nos dirigimos hacia el muelle donde se encuentra la oficina del parque, pero no el parque en sí. La entrada nos costó 10 ringgit ($1.600) a cada uno; ese es el precio oficial de todos los parques nacionales acá en Sarawak. Luego debíamos tomar un bote que nos llevaría hasta la entrada a Bako, que es donde se realizan los paseos y además donde se encuentran los alojamientos.

El costo del traslado en bote (ida y vuelta) era de 140 ringgit ($22.000), así que esperamos a otro par de turistas para compartirlo. El viaje por el río fue súper agradable y duró unos 15 minutos. Al acercarnos al parque vimos que habían varios árboles tapados por el agua. En ese momento el conductor nos dijo que dependiendo de la hora la marea podía estar muy baja y en esos momentos se podían ver las raíces de los árboles. También nos dijo que al regreso, de estar la marea baja, tendríamos que tomar el bote en la playa y no en el muelle.

Luego fuimos a registrarnos y nos dieron un mapa con las rutas que podíamos seguir. Como todavía era temprano y faltaba harto para la puesta de sol, elegimos una con un tiempo estimado de 3,5 horas de ida. Así que después de dejar las cosas en la habitación, partimos. Uno de los atractivos de este parque es que muchos animales andan sueltos. Cuando nos dirigíamos hacia la entrada de la ruta nos encontramos con un jabalí salvaje y un par de minutos después con un grupo de macacos plateados que venían directo hacia nosotros. Se nota que estaban acostumbrados a la gente, porque ni siquiera nos esquivaron cuando pasaron a un metro de nosotros.

Cuando llegamos al inicio de la ruta el camino estaba bien demarcado. Comenzó muy empinado y teníamos que subir por rocas, raíces y escalones. Debido a que los árboles eran altos los rayos del sol no nos llegaban, por lo que la temperatura no era muy alta. Después de unos 30 minutos de arduo ascenso llegamos a un sector más plano, pero sin árboles y ahí comenzamos a sentir el calor. Una de las características de esta ruta era que en la mitad cruzaba una cascada y al final terminaba en una playa y esa idea nos motivaba más para seguir.


Cuando por fin llegamos a la cascada ambos nos decepcionamos. El agua no era muy clara y no se podía ver qué había en el fondo. Además no había nadie más bañándose, así que preferimos seguir caminando con la idea de que la playa sí iba a ser una buena recompensa. A estas alturas el camino había cambiado nuevamente; a veces pasábamos por pozas formadas por la lluvia del día anterior y otras veces no nos quedaba más remedio que hundir los zapatos casi completos en el barro. Lo bueno es que todos estos cambios hacían de la ruta un camino entretenido.

Seguimos caminando hasta que por fin encontramos el cartel que indicaba que a sólo 500 metros estaba la playa. El camino era en bajada y muy pronunciado. A veces pisábamos escalones que no tenían baranda, así que tuvimos que bajar con mucho cuidado. En la última parte había una cuerda por la que había que sujetarse para bajar y finalmente llegamos a la playa. Nos cambiamos de ropa y después de 1 minuto de bañarme puedo decir que es una de las peores playas en las que he estado; el agua estaba súper caliente, así que ahí se esfumó la idea de refrescarme y además no se podía nadar, porque después de caminar unos 200 metros hacia adentro, el agua no nos llegaba mas arriba de las rodillas. Nos quedamos un rato sólo para  descansar, porque tampoco había sombra para capear el sol. 

La vuelta estuvo un poco más rápida y después de llegar y bañarnos fuimos al restaurant donde tenían una buena variedad de comida. Después de eso no teníamos nada más que hacer, así que paseamos por los alrededores y decidimos que al otro día íbamos a probar suerte con otra ruta, más corta que la de hoy y que también termina en una playa.



Dia 2: Playa
18 de Mayo de 2013

Después de tomar desayuno en el restaurant fuimos hacia la segunda ruta. Esta vez teníamos menos tiempo, porque hoy debíamos devolvernos a la ciudad y el bote sólo nos podía venir a buscar hasta las 4 pm debido a la mareas. Al igual que ayer partimos subiendo por rocas y raíces rodeados de árboles altos que bloqueaban los rayos del sol. Hacía calor, pero a veces corría un viento que nos mantenía frescos. Después de unos 45 minutos de recorrido comenzamos a escuchar el sonido del mar. La verdad es que yo no tenía muchas expectativas después de lo de ayer, pero al momento de ver la playa me di cuenta que esta vez habíamos tenido suerte. 

Llegamos a las 10 am y habían unas pocas personas más, pero ninguna se estaba bañando, así que teníamos la playa para nosotros solos. También observamos que había un bote cerca de nosotros, que estuvo ahí durante las 3 horas que nos bañamos. Después supe que era uno de los botes que llevan a la gente de vuelta a la ciudad y para hacer tiempo se quedan en la playa hasta que los llaman. Cero apuro...


Como a la 1 se empezó a nublar, así que decidimos volver. Justo cuando estábamos terminando de vestirnos comenzó a llover, por lo que el camino de vuelta lo atravesamos con más cuidado ya que todo estaba más resbaloso. A las 3 llamamos al bote para que nos fuera a buscar y a las 5 ya estábamos de vuelta en la ciudad.