Ya que hoy fue mi último día en Phuket, salí a recorrer la isla a hacer algunas de las cosas que hacen los turistas. En la mañana fui a ver por última vez al Big Buddha y en la bajada me encontré con el grupo de elefantes que había visto hace un par de semanas, pero ésta vez me detuve para ver qué ofrecían. Había un paseo, pero se iba a demorar mucho, así que sólo me quedé para darles un poco de comida por 100 baht ($1.500)
Para terminar mi recorrido, fui unos kilómetros al norte hacia el centro de Phuket y me detuve en un parque que no había visto antes. Era un lugar en donde se reunían sólo los locales. Había gente trotando, jugando fútbol y haciendo ejercicio en general y me entretuve un rato viendo cómo algunas personas practicaban el Sepak Takraw con una pelotita de bambú. El juego consistía en mantenerla en el aire, pero lo entretenido era ver la forma en que la golpeaban con los hombros, los codos, la cabeza y hasta con la plantas de los pies.
Tenía ganas de seguir mi recorrido, pero ya se hacía tarde y tuve que regresar a arreglar la mochila, porque mañana tengo el vuelo hacía Malasia a las 10 de la mañana.